lunes, 17 de agosto de 2009

Los Incendios son la gran destrucción ambiental.

Los incendios afectan la estabilidad del suelo y la retención de agua. La fauna es la que más sufre. La radiación ge- nera el ‘golpe de calor’.



Como consecuencia de los incendios forestales hay destrucción del recurso flora, de vegetación y cultivos.

Los bosques centenarios son los que más sufren porque demoran 50, 100 o más años en reestablecerse.



Los matorrales tarde unos cuatro años en volver a crecer, mientras los pastos pueden rebrotar en apenas 20 días o un mes.



Los suelos sin capa vegetal quedan desprotegidos ya que las raíces ejercen un efecto retenedor del suelo y del agua. Sin esa retención el área queda vulnerable y se producen avalanchas y deslizamientos.



La que más sufre con las quemas es la fauna, porque los animales que no mueren en los incendios pierden su espacio natural.



Eso genera el llamado ‘estrés ambiental’: los animales se desplazan de su hábitat, merma su disponibilidad de agua y comida y tarda la recuperación del bosque porque muchas especies como los guatines en los cerros de Cali, son los que dispersan las semillas para el repoblamiento vegetal.



En los alrededores de Cristo Rey y Las Tres Cruces se han afectado iguanas, micos, ardillas, comadrejas, tigrillos, armadillos, conejos, guatines y muchas aves que conforman la flora natural de la zona.



Por otra parte, el fuego hace que los hilos de agua se sequen o mermen en cantidad y se contaminen, ya que en sus cauces terminan las brazas, cenizas y material quemado.



En el aire quedan emisiones de carbono producto del proceso de la combustión. Las partículas quedan suspendidas en un amplio radio alrededor del incendio y cuando los humanos las absorben se producen gripas, virosis y enfermedades bronquiales.



El otro efecto es la ola de calor que se genera fruto de la radiación que produce el incendio. Se generan corrientes de vientos calientes que cubren amplias zonas no afectadas por las quemas, reducen la humedad relativa y elevan la temperatura.

Cuando esto se acompaña de ausencia de lluvias como ha ocurrido en los últimos meses y el fenómeno de calentamiento global que vive el planeta por cuenta de la contaminación y la alteración del clima, la gente es propensa a sufrir el ‘golpe de calor’, una alteración hemodinámica que pone en riesgo la vida misma y requiere atención médica de urgencia.



El resto del mundo también arde



En España, los incendios forestales son una plaga en la actual temporada veraniega. En los últimos días cobraron un trágico balance de seis bomberos muertos y unas 18.000 hectáreas de terreno quemadas.



El sudeste de Australia ha sido devastado por el fuego que ha arrasado unos 3.000 kilómetros cuadrados de zonas forestales y ha destruido más de 750 casas. Unos 14.000 hogares quedaron sin energía.



En Canadá, miles de bomberos intentan detener las llamas que han consumido 500 kilómetros cuadrados de bosque en la Columbia Británica; más de cuatro mil personas han sido evacuadas de sus hogares.

En Estados Unidos, tornados los incendios forestales han causado ocho muertos, decenas de heridos y centenares de casas destrozadas.

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